En una región de Inglaterra una pareja estaba haciendo el amor dentro del coche, estando él encima de ella. Debido a los esfuerzos y movimientos extraños que tuvo que realizar él para cumplir con su tarea en un espacio tan reducido, tuvo una torcedura en la espalda, o algo así. A consecuencia de ello, era incapaz de descabalgarla a ella, que tampoco podía moverse porque estaba atrapada bajo el cuerpo de él. La desafortunada pareja se encontraba atrapada dentro del coche. Finalmente, ella consiguió accionar el claxon del coche con uno de sus pies, de modo que acabó llegando ayuda. Tuvieron que traer potentes herramientas con el objetivo de separar a la pareja cortando el coche en dos piezas. Se llevaron al hombre en una ambulancia y los rescatadores le dijeron a la chica que no se preocupase, que su novio se pondría bien tras una corta visita al hospital, a lo que ella contestó:- ¡Y a mí qué me importa! Lo que me preocupa es cómo voy a explicar a mi marido lo que le ha pasado a su coche. La leyenda es falsa:
Los motivos del encierro pueden ser varios: un espacio demasiado reducido que les impide moverse, un repentino dolor de espalda del hombre, el frío les provoca rigidez, los efectos del alchohol o del monóxido del carbono les impide liberarse por sí mismos, la mujer se asusta y provoca el clásico caso del "penis captivus"...
Seguramente se trata de un texto humorístico que algún diario se atrevió a difundir como hecho real, dando origen a la leyenda. Entre ellos, Reuters y el Sunday Mirror. Simboliza el castigo que sufren dos personas adúlteras y el gran valor que tiene el automóvil en nuestra sociedad, ya que se da a entender que la rotura del coche es algo más trágico que la misma infidelidad.
viernes, 27 de julio de 2007
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