Hace tiempo que se comenta que hay prósperas colonias de caimanes viviendo en el sistema de alcantarillado de la ciudad de Nueva York. Supuestamente se puso de moda durante un tiempo comprar y traer caimanes bebé de Florida, que al crecer y perder su aspecto inocente eran tirados por los lavabos de las casas. Debido a la gran cantidad de anilmalitos e inmundicia orgánica que hay en toda cloaca que se precie, los caimanes fueron creciendo hasta alcanzar grandes tamaños. Parece que en los años 30 también se comentaba algo parecido. Y en algún libro se asegura que en aquellos años se procedió a cazar y matar a las colonias de caimanes del alcantarillado de Nueva York. Pero, sospechosamente, ningún diario publicó la menor referencia a esos hechos. La leyenda volvió a cobrar fuerza cuando en 1959 Robert Daley publicó el libro "World Beneath The City" (Un mundo debajo de la ciudad). En él entrevistaba a un supuesto trabajador de las alcantarillas que vió a los famosos caimanes de los años 30.
La leyenda es falsa:
De entrada, es muy difícil pensar que animales que viven en la cálida Florida (25 a 42 grados Celsius de media) puedan sobrevivir en los crudos inviernos neoyorquinos.
Las bacterias y organismos que pueblan las alcantarillas acabarían infectando y matando a cualquier cocodrilo en pocos meses. Ningún trabajador de las alcantarillas de Nueva York ha pedido un plus de peligrosidad por la posible presencia de caimanes.
De entrada, es muy difícil pensar que animales que viven en la cálida Florida (25 a 42 grados Celsius de media) puedan sobrevivir en los crudos inviernos neoyorquinos.
Las bacterias y organismos que pueblan las alcantarillas acabarían infectando y matando a cualquier cocodrilo en pocos meses. Ningún trabajador de las alcantarillas de Nueva York ha pedido un plus de peligrosidad por la posible presencia de caimanes.
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