En el estado de New Jersey, un conductor borracho fue obligado a parar por la policía. Mientras el oficial de policía le estaba pidiendo la documentación, un accidente ocurrió muy cerca, lo que obligó al oficial a alejarse unos minutos. Aprovechando el momento, el conductor borracho se dio a la fuga, llegó a su casa, metió el coche en el garaje, cerró el garaje con llave y le dijo a su mujer que, si alguien preguntaba, dijera que él había estado toda la noche en casa y que no había salido para nada. Unas dos horas después, la policía se presentó en su domicilio. El conductor borracho y su mujer dijeron que no habían salido de casa en toda la noche, pero la policía les pidió que les indicaran dónde guardaban el coche. Cuando abrieron el garaje, apareció dentro el coche de la policía, con las luces superiores todavía encendidas y dando vueltas.
La leyenda es falsa:
Circula desde 1978 por diversas partes de Gran Bretaña y Estados Unidos, e incluso ha aparecido en algunas películas de cine.
Ha aparecido en varios medios de comunicación Consultadas diferentes fuentes policiales, todos han oído la historia alguna vez, pero ninguno la ha corroborado.
Circula desde 1978 por diversas partes de Gran Bretaña y Estados Unidos, e incluso ha aparecido en algunas películas de cine.
Ha aparecido en varios medios de comunicación Consultadas diferentes fuentes policiales, todos han oído la historia alguna vez, pero ninguno la ha corroborado.
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