jueves, 2 de julio de 2009

Michael Jackson y Elvis Presley, dos mitos con destinos fatales

Michael Jackson falleció en su casa de Los Ángeles a punto de cumplir los 51 años. El ‘Rey del Pop’ se ha convertido así en el mito fallecido de toda una generación. Treinta y dos años atrás fallecía Elvis Presley, con cuya hija el cantante estuvo casado y que ha comentado en su Myspace que le confesó que “temía acabar como mi padre”.
“Temía morir como Elvis”
“Me temo que voy a acabar como él, de la manera en que él murió”. Esto le confesó a Lise Marie Presley el propio Jackson durante su corto matrimonio. La hija del ‘Rey del Rock’ escribía estas palabras del ‘Rey del Pop’ en una entrada en su blog, como desprendiéndose de un recuerdo que le perseguía desde que conoció la trágica noticia. No obstante a muchos se les pasó rápidamente por la cabeza el triste paralelismo entre los dos fallecimientos. Incluso se podría trazar una línea imaginaria entre lo que va a suceder con la explotación post-mortem de la imagen de los dos mitos musicales: recopilatorios, grabaciones inéditas, herencias y el futuro de la mansión de Neverland. Elvis, que al final de su carrera mostraba un pálido reflejo de lo que fue, murió en el momento clave para que su figura se convirtiera en un icono comercial. Con él nació el “culto a la celebridad” tan propio de nuestra cultura de masas.

Elvis Presley, lejos de leyendas, moría el 16 de agosto de 1977 a los 42 años a causa de una sobredosis de fármacos suministrados legalmente por prescripción médica. Entre las drogas encontradas en el cuerpo del cantante, que padecía un fuerte sobrepeso, había valium, morfina, codeína y nembutal, entre otras sustancias en cantidades significativas. Presley, que gastaba sumas millonarias en medicamentos, desarrolló una fuerte adicción a estos a largo plazo, lo que provocó su prematura muerte de un ataque al corazón. Su novia del momento, Ginger Alden, descubrió su cadáver en el cuarto de baño. En Amores que matan, segunda parte de la biografía de Elvis, Peter Guralnick lo relata así: “[Alden] llamó a la puerta del cuarto de baño de Elvis. Al no obtener respuesta, empujó la puerta y lo encontró tumbado en el suelo, con los pantalones del pijama dorado bajados hasta los tobillos y el rostro enterrado en un charco de vómito sobre la mullida moqueta”.

Tanto Elvis como Jackson al final de su vida habían cambiado radicalmente la imagen que tenían cuando ascendieron al Olimpo del Rock y Pop, respectivamente. Ambos se volvieron adictos a drogas legales. ’Jacko’ temía acabar como Elvis y, desgraciadamente, su corazón se paró a punto de cumplir 51 años: demasiado pronto para el hombre pero quizá en el momento adecuado para el mito. Los dos fueron auténticos mitos en vida que continuarán siéndolo para siempre en el imaginario colectivo de todo el mundo.

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