jueves, 21 de agosto de 2008

Elvis, Disney, Nessie y Phelps


Dicen que Elvis Presley está vivo, e incluso hay fotos en las que supuestamente aparece el rey del rock & roll con unos cuantos años y kilos de más. Nadie cree que Walt Disney siga vivo, pero se rumorea que Disney no murió, sino que fue criogenizado: su cuerpo está congelado y conservado en nitrógeno a 196 grados bajo cero, a la espera de que en el futuro la medicina encuentre una cura para el mal que iba a matarlo sin remedio. Y, por fin, muchos creen haber visto al monstruo del lago Ness, del cual también hay fotos. Y ahora, hablemos de Phelps.

¿Phelps es a la natación lo que Elvis al rock & roll? No exactamente, pero su demostración en estos Juegos Olímpicos de Pekín es tan descomunal que, dentro de muchos años, una legión de frikis asegurará que Phelps sigue nadando en piscinas fantasma, batiendo récords fantasma y caminando por ahí como camina un fantasma. Algunos jurarán que el monstruo del lago Ness tiene la cara de Phelps, e incluso mostrarán fotos que se venderán de maravilla en internet. Sin embargo, nadie en su sano juicio dirá que Phelps fue criogenizado, por la sencilla razón de que la ciencia no tiene nada que decir ni ahora ni nunca sobre el cuerpo de este hombre. Además, Phelps congelado y conservado en nitrógenos a 196 grados bajo cero sería capaz de seguir batiendo récords del mundo. Sobre Phelps correrán mil rumores, pero el de la criogenización no será uno de ellos: la medicina del siglo XXXVIII a lo mejor puede hacer algo por el pobre Walt Disney, pero en el siglo XXXXXXXXVIII Phelps seguirá siendo insuperable, inmejorable e incomparable. ¿O no?

Imagino que el responsable de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres lleva varios días sin dormir. Vaya marrón. Y los nadadores que tienen el ojo puesto en los Juegos de Londres deben estar ahora mismo tiritando. Vaya marronazo. ¿Hay vida después de Phelps? ¿El nadador norteamericano nos ha señalado los límites del ser humano? ¿Se puede nadar más rápido? Vamos a ver. ¿Es posible superar la demostración del equipo chino (masculino y femenino) de gimnasia? ¿Se puede añadir algo a los saltos de trampolín firmados por, otra vez, el equipo chino? ¿Estamos ante el fin de la historia en muchos deportes? ¿A partir de ahora sólo nos esperan Juegos Olímpicos que serán notas a pie de página de los Juegos Olímpicos de Pekín? Qué va. En Grecia, los atletas competían desnudos (algunos llevaban una tira de cuero que sujetaba los genitales). En Pekín, los atletas no sólo no compiten desnudos, sino que (menos Bolt) llevan uniformes con los que parecen extraterrestres. Los revolucionarios trajes de baño de Phelps y compañía, por ejemplo, restan milésimas al cronómetro. ¿Qué nos quedará por ver? Puede que dentro de poco mejorar un récord del mundo en una milésima de segundo sea una auténtica hazaña, y entonces esa milésima nos asombrará tanto como los 6 minutos 58,56 segundos conseguidos por el equipo norteamericano de 4X200 metros libres, más de cuatro segundos por debajo del hasta entonces récord del mundo. O la genial media brazada final con la que Phelps ganó a Cavic en la final de los 100 metros mariposa. O los brutales 3 minutos 29,34 segundos del equipo norteamericano en la final de los 4X100 metros estilos.

Definitivamente, habrá vida después de Phelps y de los gimnastas chinos. Por fortuna, el ser humano no es una máquina infalible, porque eso significaría que no es inteligente. La inteligencia humana hará que nunca perdamos capacidad de asombro, y colocará nuestros límites en el infinito o, quizás, más allá. Elvis no era infalible. Tampoco Walt Disney. Ni el gran Phelps, aunque ahora nos lo parezca. Habrá más Phelps, que vivirán en el lado salvaje de la milésima de segundo. Por eso dentro de muuuuuuuuuuchos años alguien jurará haber visto a Phelps salir de una piscina en compañía de Elvis. Otros asegurarán que vieron a Phelps nadando junto a la entrañable Nessie en el lago Ness. Pero lo mejor es que se rumoreará que Phelps no murió, sino que su cuerpo está criogenizado hasta que la ciencia encuentre la forma de batir a su sucesor, un nadador que consiguió la increíble proeza de ganar nueve oros en unos Juegos Olímpicos.

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